lunes, 5 de octubre de 2009

Tu perrita con las nubes

… y sí, la primera vez que hablamos pensé que la charla venía por el lado de la chacota. Después te pusiste más seria y dijiste que no pensabas que a mi me faltaban pruebas tangibles para creerte. Yo me reí un poco nervioso, con la incomodidad entre los dientes. Pero la verdad, seamos honestos; me encantan los relatos fantásticos, pero una cosa es hablar del tema y otra cosa es que me lo crea completamente sin cuestionar ni una sola sentencia.

En un primer momento, al ver a tu perrita que no es grande ni chiquita, con sus patas flacas y largas más que volando me la imaginaba saltando de terraza en terraza. Cuando me detallaste que en vez de pasearla vos a ella, ella te pasea a vos, eso sí te lo creí y me causó bastante gracia. Y si es verdad, los pichichos tienen su voluntad propia y si a eso se le agrega unas patas largas, la felicidad estallando en la cola y una vejiga dispuesta a vaciarse, todo concuerda.
Pero cuando empezaste a describirme que en las esquinas mientras esperaban el semáforo ella se dedicaba a saltar como loca tratando de volar, me pareció un poquito exagerado y no te dije nada.
Uno siempre personifica y engrandece un poco a los perros, porque para los que saben de perros, no hay perro que no sea un poco persona, pero esto era un poco excedido.
Sin embargo como me seguía pareciendo divertido tu relato guardé un poquito de mi asombro por un rato. Y bueno, cuando llegaste a la parte que tu perra alzó vuelo literalmente y terminaron de repente, así de un tirón, en la reserva ecológica en vez de la plaza no entendí nada. Sí, eso es lógico, te dije. Los perros prefieren una reserva ecológica antes que una plaza en medio de la ciudad, pero no tiene sentido lo que me decís; no podes salir volando así como así con tu perro y terminar en cualquier lado, ni que fueras superman…
Entonces te ofendiste, me retaste aclarando que no eras vos, que era la perra “la volátil” y te fuiste, si, te fuiste amenazante; sentenciando “ya te voy a mostrar”. Ahí si pensé que estabas un poquito loca, o que te fumaste algo antes de llegar.

Y bueno, ahora que está todo en claro, te repito, la próxima vez que te aparezcas en la ventana de mi departamento con tu perra volátil no pretendas que no grite si venís de noche, ambas están volando afuera de mi ventana y me despiertan golpeando el vidrio para que les abra…

Mejor dicho, vengan a visitarme otra vez con tu perra superdotada, pero de ahora en más tocá la puerta o el timbre, como la gente común, finjamos que somos comunes, por las apariencias, por los vecinos…

5 comentarios:

Una chica asi dijo...

Esto es genial

Imperfecta dijo...

Sabes que me encantó! Y a mi chancho también, dice que la describiste muy bien...
Siga siga, siga escribiendo cosas lindas y dibujando sonrisas...

beso

Carolina Horovitz dijo...

¿Cómo que no le creías?
Y la perra que viajó el espacio?
esos no son cuentos... Jajaj!

saludos persona que me gusta leerla

Laura Galindo dijo...

Jajajaja me encanto! :)

heartquake dijo...

Suele pasarme ¬¬ es muy incómodo !

jaja. muy buena :)