martes, 24 de febrero de 2009

El paraguas de María

A María le gusta la lluvia. Corrección; a María le encanta la lluvia. Dentro de las categorías  de lluvias, específicamente le gusta el momento donde está todo calmo y mojado, el viento hizo sus despelotes y las calles están todas espejadas con alguna que otra gotita que todavía cae testaruda. Justo ahí María camina.  Disfruta particularmente la Avenida Santa Fé y después meterse por las calles de piedra de Palermo. Ahí no se forman espejitos en las calles, pero si charquitos por todos lados, y los árboles son los mejores. 

María tiene un paraguas blanco que tiene la cara de una mujer cuando se abre. Cuando la ven desde un edificio, entre todos los paraguas negros, ella anda con su cara de mujer estampada arriba de la cabeza. A parte de ser estampado, el paraguas guarda los besos que se dan abajo de él. Así que cada vez que llueve, María sale a besuquearse en la calle abajo de su paraguas y se guarda todos los besos.  

María camina, se cruza con alguno sin paraguas, y con su voz finita, imita a una compasiva extranjera, diciendo "señor, no se moje, venga, compartimos mi paraguas". Y como María es linda, dificilmente alguien se niega. El asunto es que ni bien se meten abajo del Paraguas, María se los chapa, y le saca todos los besos que puede y los deja de nuevo por ahí, abajo de la lluvia y bien melancólicos. 

Después de un rato María vuelve a su casa sola, abre su paraguas y la habitación se le llena de todos los besos que quedaron guardados. A veces, alguno rebota, rebota y va a parar a la cara de María. Ella extraña los besos y ansiosa espera la próxima lluvia. 

6 comentarios:

Carolina Horovitz dijo...

estimado permitime decirte que me FASCINÓ lo que escribiste, realmente te felicito.

gracias por sacarme una sonrisa

saludos desde el más acá

María.- dijo...

Me gusta tu imaginación.

Y la verdad, es que no sé si hice bien, pero los primeros dos párrafos los sentí como un poco míos.

El resto no tanto, creo que por que no soy tan osada como para andar robando besos.
Aunque si me animara, me parece una excelente idea para complementar los días grises, nostálgicos y melancólicos.

Te mando un paraguas!

Imperfecta dijo...

Con la lluvia de ayer no quiero ni imaginar los besos que se habrá dado María...
¿a cuántos se habrá chapado?
Buena rutina la de ésta señorita... yo quiero ser su amiga...

Besos

mara dijo...

Que copada esta María
Me gusto mucho esta historia! :-)
Saludos!!

vero perera dijo...

muy muy muy muy muy muy lindo!

Anónimo dijo...

Hola Fer.. debo aceptar que, aunque conocía tu "forma" de escribir (y reconozco algunas caractéristicas, como los disminutivos) me sorprendió encontrarte así, tan profundo y tan más grande que aquel dulce chico de 17 años que fue mi mejor amigo.
No dejes de escribir, porque sos genial. No dejes de darle alas a tu alma; seguí dejando que éstas tus ideas locas escondan cada uno de tus pensamientos, sensaciones y sentimientos.

Un besito (y muchos muchos pétalos de margarita)